Ignacio de Lucca
Bio
Ignacio de Lucca es artista visual, nacido en Misiones, en 1960. Estudió arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. Fue becario de la Fundación Antorchas para el Programa Nuevos Pintores del NEA. En 2004 fue seleccionado para participar de la Residencia Paintings Edge Program con los artistas Terry Winters, Laura Owens y Elizabeth Murray, California, EE.UU. La pintura, ya sea acuarela sobre papel como óleo sobre tela, es su medio. En 2014 fue convocado por los subterráneos de la ciudad de Buenos Aires para trabajar en la estación Leandro N. Alem con un mural pintado in situ. Entre las distinciones obtuvo el Premio accésit “Primer Concurso Iberoamericano de Pintura”, 2002, Aerolíneas Argentinas, Palais de Glace, Buenos Aires, y en 2010 la “Mención honorífica del Jurado”, Premio de Pintura del Bicentenario, Fundación Banco de la Nación Argentina. Ha expuesto su trabajo en muestras individuales en Buenos Aires, Mexico DF, New York y Viena. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Statement
La práctica pictórica de Ignacio de Lucca se sitúa tanto de manera auto-consciente frente al presente del medio como a esa condición post-medial, trabajando tanto con aquellos recursos acumulados que esa especificidad desbordada y plural de la pintura pone a su disposición, como reinventando y afinando los que pertenecen a su propia poética, elaborada cuidadosamente a lo largo de su trayectoria como artista.
A partir de entonces, el artista inició un camino de refinamiento de su propio campo pictórico, creando las condiciones para la consolidación de un discurso centrado en aquellos elementos que se fueron convirtiendo en los más idiosincráticos de su pintura: el permanente interés por el paisaje, como un espacio de iconicidad maleable, capaz de fluctuar entre la figura, la abstracción y la mancha informe, y una vocación narrativa que sin embargo, intenta no cerrar excesivamente los caminos del sentido, dejando abiertas múltiples líneas de lectura, que se benefician sobre todo del tipo de composición privilegiado.
Como otros pintores contemporáneos, de Lucca trabaja creando una situación inicial en la que el cuerpo y su relación con los materiales rigen la ejecución de las primeras marcas, a partir de las cuales se produce la construcción de la imagen: con la tela o el papel en posición horizontal, en la que se permite a los materiales -óleo, acuarela, y en menor medida, acrílico- seguir su propia dinámica de fluidos.
La efectividad de este procedimiento se basa en los fondos blancos o vacíos que son una constante en la obra de De Lucca. El vacío actúa así como posibilidad de la imagen cuando esta es todavía puramente potencial, pero es pronto convocada por una primera incisión, en cuya ejecución son el cuerpo y el gesto los que tienen primacía por sobre lo visual.
2.5 x 4m / 98.4 x 157 in